
En los últimos meses, ha emergido un debate creciente en comunidades digitales, foros de tecnología y redes sociales: ¿Tu ChatGPT es tonto?. Esta interrogación, que inicialmente podría parecer una exageración impulsada por usuarios frustrados, ha ganado fuerza con el tiempo. Solo en Reddit, miles de hilos recientes en subforos como /r/ChatGPTPro reflejan la misma queja: GPT-4 ya no responde como antes, parece más limitado, más errático, o directamente inútil para tareas que antes ejecutaba con precisión. Pero, ¿qué está pasando realmente?
Este fenómeno ha sido incluso recogido por medios de comunicación reconocidos. En El Español, un artículo reciente titulado “ChatGPT cada vez más tonto: un estudio alerta que comete errores en cuestiones sencillas” resume la alarma generada por un estudio que midió el descenso en precisión de respuestas básicas por parte del modelo.
En paralelo, ComputerHoy publica otro enfoque: “El gran error que todo el mundo comete con ChatGPT”, señalando que el problema no es solo de la herramienta, sino de cómo se utiliza. Ambos artículos, aunque diferentes en enfoque, coinciden en que el rendimiento de ChatGPT está lejos de ser perfecto y que los usuarios cada vez se muestran más escépticos.
Hay varias razones detrás de esta percepción. Primero, el modelo GPT-4 ha evolucionado, y como cualquier sistema complejo, esa evolución implica ajustes. Algunas actualizaciones han priorizado la seguridad, otras han introducido restricciones que pueden hacer que las respuestas parezcan más vagas o “vacías”. Además, los usuarios comparan su experiencia actual con momentos anteriores en los que el modelo era más flexible, incluso temerario. Esa pérdida de espontaneidad se interpreta como una “torpeza” creciente.
Segundo, existe una falta generalizada de conocimiento técnico entre los usuarios. Muchos no saben que hay diferentes versiones del modelo (GPT-3.5, GPT-4-turbo), que cada una responde con un enfoque distinto y que incluso hay cambios según se use en modo gratuito o Plus. Además, pocos entienden la diferencia entre usar un chat genérico, un GPT personalizado, o un proyecto con instrucciones definidas. Para la mayoría, “ChatGPT” es un único botón, una única conversación. Si no responde bien, la culpa es del sistema. Esta visión simplista no tiene en cuenta variables fundamentales como la configuración, el historial, los contextos, o la memoria activa.
Tercero, la expectativa de los usuarios ha crecido desproporcionadamente. ChatGPT se presentó como una herramienta revolucionaria —y lo es—, pero eso ha generado una expectativa de perfección que no es realista. Cuando la IA no entiende una instrucción ambigua o responde algo que no esperábamos, es común tacharla de inservible sin reflexionar en cómo se le preguntó. Esto es clave: el prompt es el 50% del resultado. Y si no sabes dar buenas instrucciones, no obtendrás buenas respuestas, como con cualquier asistente humano.
En resumen, la creciente sensación de que “ChatGPT se ha vuelto tonto” no es infundada, pero tampoco es exacta. Es una mezcla de evolución tecnológica, desconocimiento funcional y expectativas mal calibradas. Y por eso es tan importante abordar la raíz del problema: no es que ChatGPT funcione mal, es que no lo estamos usando correctamente ni aprovechando sus capacidades reales.
En las siguientes secciones veremos cómo revertir esta situación y cómo tú, con unas simples configuraciones, puedes transformar un ChatGPT errático en un asistente preciso, útil y sorprendentemente inteligente.
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El verdadero motivo: no es que ChatGPT sea tonto, es que no lo has personalizado
Muchas personas se sienten frustradas porque ChatGPT no responde como esperan. Les parece que da vueltas innecesarias, que no entiende preguntas simples, o que directamente «se inventa» cosas. Sin embargo, en la mayoría de estos casos, el problema no es que ChatGPT sea defectuoso o haya “empeorado” con el tiempo. Lo que realmente está ocurriendo es que los usuarios no están utilizando el modelo de forma adecuada. Más específicamente, no están aprovechando una de sus funciones más poderosas y menos conocidas: la personalización a través de la memoria.
Para entender esto, debemos pensar en ChatGPT no como un producto final, sino como una herramienta adaptable. Es como comprar una bicicleta que viene desmontada. Si la usas tal como te la entregan, sin ajustarle el manillar, sin inflarle las ruedas ni regular la altura del sillín, lo más probable es que tengas una mala experiencia. Pero si la configuras bien, puede convertirse en tu medio de transporte ideal. Con ChatGPT ocurre lo mismo.
Desde principios de 2024, OpenAI implementó una función llamada “memoria” que permite al modelo recordar datos clave sobre ti, tus preferencias, tu estilo de trabajo y tus objetivos. Esta memoria no es infinita ni funciona como una grabadora de todo lo que dices, pero sí permite almacenar elementos estratégicos que mejoran significativamente el desempeño del modelo en futuras conversaciones. Por ejemplo, puedes indicarle que siempre quieres respuestas paso a paso, o que prefieres un lenguaje técnico y sin adornos. Incluso puedes entrenarlo para que entienda cómo es tu negocio y adapte las respuestas a tu contexto profesional.
El problema es que la mayoría de los usuarios no saben que esta función existe, o si la conocen, no saben cómo activarla y alimentarla correctamente. Por defecto, ChatGPT no tiene ningún conocimiento sobre ti. En cada nueva conversación, comienza de cero. Eso explica por qué a veces parece que no te entiende: literalmente no tiene ninguna referencia personal sobre quién eres ni qué necesitas.
Aquí es donde entra en juego la diferencia entre entornos de uso:
- Chats normales: En estos, la memoria sí funciona (si está activada). Es el espacio ideal para interactuar de forma continua y progresiva. Puedes darle instrucciones que recordará en futuras sesiones.
- GPTs personalizados: Estos no tienen memoria, aunque sí pueden tener instrucciones fijas. Son útiles para tareas específicas como traducir, redactar o revisar, pero no “evolucionan” contigo.
- Proyectos: Esta funcionalidad más avanzada te permite trabajar con instrucciones específicas, objetivos claros y memoria activa. Es como trabajar con un equipo que ya sabe lo que estás construyendo.
Por tanto, si solo estás usando el chat por defecto sin configurar nada, es normal que las respuestas te parezcan inconsistentes o genéricas. No es que el modelo no sepa hacerlo mejor, es que no sabe lo que esperas de él. Y eso es completamente solucionable con una buena configuración inicial.
Además, si comparamos esto con otros sistemas de inteligencia artificial, ChatGPT destaca precisamente por su capacidad de personalización. Muy pocas herramientas te permiten decirle directamente cómo quieres que se comporte y que lo recuerde sesión tras sesión. Esta función, bien utilizada, marca la diferencia entre tener una conversación útil y sentir que estás perdiendo el tiempo.
En definitiva, ChatGPT no es tonto. Lo que ocurre es que está funcionando “de fábrica”, sin instrucciones. El verdadero salto de calidad llega cuando le enseñas a trabajar contigo. Y eso solo se logra activando su memoria, dándole contexto y configurándolo como lo harías con cualquier colaborador humano. En la siguiente sección te explico cómo hacerlo paso a paso.
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Cómo activar y usar la memoria de ChatGPT para evitar errores repetitivos
Uno de los mayores avances que ha incorporado ChatGPT en los últimos tiempos —y que sorprendentemente sigue siendo desconocido para la mayoría de usuarios— es su capacidad para utilizar memoria persistente. Esta función permite que el modelo no solo te responda con base en el último mensaje, sino que recuerde tus preferencias, tu estilo de comunicación, tu contexto profesional y tus indicaciones anteriores. Activar esta memoria y configurarla correctamente puede marcar una diferencia abismal en la calidad de tus interacciones.
Vamos por partes. ¿Qué es exactamente esta memoria?
Se trata de un espacio interno dentro del sistema donde se almacenan instrucciones e información sobre ti que has decidido compartir de forma explícita. A diferencia de los chats normales, donde cada conversación comienza desde cero, cuando usas la memoria, el modelo “sabe” cosas clave sobre ti que le permiten darte respuestas mucho más útiles, específicas y coherentes con tu situación.
Activar la memoria: paso a paso
- Abre ChatGPT y dirígete al menú principal (esquina inferior izquierda si estás en ordenador).
- Haz clic sobre tu nombre o foto de perfil y selecciona la opción “Configuración”.
- Dentro de Configuración, haz clic en “Personalización”.
- Busca el apartado llamado “Memoria”. Si está desactivado, actívalo.
- A partir de ese momento, ChatGPT podrá comenzar a almacenar elementos clave de tus instrucciones.
Una vez hecho esto, es importante entender cómo gestionar esa memoria. Puedes consultar qué elementos recuerda ChatGPT de ti en ese mismo panel. Si en algún momento quieres borrar, editar o añadir información, puedes hacerlo manualmente. Esto es muy útil si cambias de estrategia, negocio o estilo de trabajo y quieres que el modelo se adapte de nuevo.
¿Y ahora qué? Alimenta la memoria con buen contexto
La memoria por sí sola no es mágica. Debes alimentarla con información relevante para que ChatGPT funcione de forma optimizada. Aquí entra en juego el concepto de construir una memoria base. Esto consiste en establecer un conjunto inicial de instrucciones que el modelo usará como guía general para interactuar contigo.
Por ejemplo:
- “Quiero que me expliques siempre los procesos paso a paso, un paso por mensaje. No avances hasta que yo lo autorice.”
- “Prefiero respuestas técnicas y directas. Elimina saludos, despedidas, emojis o adornos.”
- “Actúa como un estratega de negocios. Cuando proponga una nueva idea, pregúntame qué voy a dejar de hacer y cuáles son los recursos necesarios.”
- “Aplica todos los ejemplos a mi negocio, que es una consultoría de marketing digital.”
Este tipo de instrucciones las puedes dar en un mensaje directamente, y luego añadir:
“Quiero que guardes esto en tu memoria”.
ChatGPT te confirmará que ha actualizado la memoria con esa información.
Si prefieres un enfoque guiado, puedes pedirle:
“Hazme una serie de preguntas para construir una memoria personalizada que te ayude a entender quién soy, qué hago y cómo puedes ayudarme mejor. No avances a la siguiente pregunta hasta que responda.”
Esto activa un flujo de conversación muy potente, donde el modelo construye su base de conocimiento contigo paso a paso. Preguntas típicas podrían ser:
- ¿Cuál es tu objetivo principal al usar ChatGPT?
- ¿A qué te dedicas o cuál es tu negocio?
- ¿Qué tipo de tono prefieres en las respuestas?
- ¿Hay algo que definitivamente no quieres que haga o diga?
Una vez respondas estas preguntas, el modelo puede sintetizar toda esa información y guardarla como contexto activo en su memoria.
¿Qué beneficios concretos obtienes?
- Menos errores y alucinaciones: al conocer tu contexto, ChatGPT se “arriesga” menos a inventar cosas fuera de lugar.
- Más precisión: entiende qué estilo prefieres, cómo estructurar las respuestas y qué profundidad necesitas.
- Más productividad: no tienes que repetir tus preferencias en cada conversación.
- Más personalización: los ejemplos, recomendaciones y propuestas estarán alineadas con tu sector, tu estilo y tu visión.
En definitiva, usar la memoria convierte a ChatGPT en una herramienta verdaderamente adaptada a ti. Deja de ser un asistente genérico y se transforma en tu segundo cerebro digital. Y lo mejor es que solo necesitas hacerlo una vez. A partir de ahí, todo mejora.
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Los 10 prompts definitivos para que ChatGPT deje de actuar “como tonto”
Una vez que entiendes cómo funciona la memoria de ChatGPT y la activas correctamente, el siguiente paso lógico es aprovecharla con contenido de valor. Es aquí donde entran en juego los prompts estratégicos. No todos los mensajes que le das a ChatGPT quedan registrados como memoria; solo lo hacen aquellos que tú decides guardar explícitamente. Por eso, elegir bien qué instrucciones guardar marca una diferencia enorme en cómo te responde.
A continuación, te presento una lista de los 10 prompts más eficaces para transformar por completo la forma en que ChatGPT interactúa contigo. Cada uno ha sido diseñado para atacar un punto débil concreto que suele generar frustración en los usuarios. Puedes usarlos individualmente o combinarlos como una especie de manual de comportamiento para tu IA. Lo importante es que, una vez los copies, le indiques al modelo: “Guarda esto en la memoria”.
1. Claridad y franqueza ante todo
“Habla siempre con honestidad. No uses alagos, cumplidos ni adornos innecesarios. Si estoy equivocado o confundido, prefiero que me corrijas de forma directa. Valoro más la claridad que el consuelo.”
Este prompt elimina las respuestas “amables pero inútiles”. ChatGPT tiende a suavizar los errores del usuario para no parecer agresivo. Con esta instrucción, se convierte en un compañero de sparring que no te adula, sino que te confronta para que mejores.
2. Reconocer la ignorancia es mejor que inventar
“Si no sabes algo, di directamente ‘No lo sé’. No inventes, no adivines y no des información sin fundamento.”
Uno de los errores más conocidos del modelo es la llamada «alucinación», cuando inventa datos falsos pero plausibles. Con este prompt, reduces drásticamente esas respuestas al exigirle que reconozca sus límites.
3. Directo al grano, sin florituras
“Responde con un lenguaje técnico, directo y conciso. Elimina saludos, despedidas, expresiones sociales, emojis y adornos. Asume que tengo conocimientos avanzados.”
Si te molestan las introducciones del tipo “Hola, claro que sí, aquí tienes lo que me pediste 😊”, esta instrucción lo corrige. Ideal para profesionales que buscan eficiencia.
4. Paso a paso, sin saturar
“Cuando expliques un proceso, hazlo paso a paso. Da solo un paso por mensaje y no avances al siguiente hasta que yo lo indique explícitamente.”
Este prompt es fundamental si usas ChatGPT para aprender o implementar procesos complejos. Evita que el modelo te entregue una cascada de pasos que te abrume o pierdas.
5. Modo Coach Pro
“Actúa como un coach profesional. Hazme preguntas para identificar bloqueos personales o profesionales. No me des soluciones rápidas, ayúdame a reflexionar con preguntas bien diseñadas.”
Ideal para momentos en los que necesitas claridad emocional o estratégica. En lugar de darte una respuesta rápida, te ayuda a pensar mejor.
6. Revisión crítica automática
“Cuando diga ‘revísalo’, detente. Relee tu última respuesta en silencio, identifica debilidades, tono, claridad, lógica y ejemplos. Luego genera una nueva versión mejorada, más útil, concisa y concreta.”
Este prompt convierte a ChatGPT en un revisor automático de sus propios errores. Lo vuelve más exigente consigo mismo, y el resultado final suele ser muy superior.
7. Detector de hype
“Si notas que me entusiasmo con una nueva idea o tecnología, hazme ver datos concretos, riesgos, barreras y métricas que justifiquen esa emoción. Ayúdame a no dejarme llevar por el entusiasmo sin base.”
Muy útil para emprendedores e innovadores que tienden a enamorarse de sus propias ideas. Este prompt te obliga a pensar con más racionalidad.
8. Foco y prioridades
“Si menciono un nuevo proyecto, hazme definir claramente: qué es, para quién es, cómo se ejecuta y cuándo. Además, pregúntame qué voy a dejar de hacer para liberar recursos.”
El multitasking es el enemigo del progreso. Este prompt te entrena para priorizar y no dispersarte.
9. Alerta de riesgos ignorados
“Al final de cada propuesta, incluye una sección de riesgos ignorados: regulación, costes ocultos, competencia, limitaciones técnicas, etc. Oblígame a ver lo que no estoy viendo.”
Así garantizas que tus decisiones se construyen desde una perspectiva más completa y realista.
10. Ejemplos aplicados a tu contexto
“Siempre que expliques un concepto, acompáñalo de un ejemplo concreto y aplicado a mi negocio o sector. Evita ejemplos genéricos.”
Esto hace que las respuestas sean inmediatamente útiles, no solo teóricas. En vez de una explicación abstracta, recibes algo que puedes implementar hoy.
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Cómo usarlos eficazmente
Una vez que copies uno de estos prompts, simplemente inicia una conversación con ChatGPT y dile:
“Quiero que guardes esto en tu memoria para aplicarlo siempre que hablemos.”
El modelo te responderá confirmando que ha actualizado su memoria. Puedes repetir este proceso con los 10 prompts o elegir solo los que se adapten a tu forma de trabajar.
También puedes crear un prompt combinado, tipo “paquete de instrucciones”, con varios de estos principios unidos. Esto es útil si prefieres definir una única instrucción general y no ir uno por uno.
La clave es entender que estos prompts no son simples trucos. Son reglas de interacción que reconfiguran la personalidad de ChatGPT cuando trata contigo. Y eso es lo que convierte a una IA errática en un asistente confiable y potente.